REVISIÓN DEL
CONCEPTO
CONCEPTO
DE
DESARROLLO SOSTENIBLE
DOCUMENTO PARA DISCUSIÓN DEL
ÁREA DE CIENCIAS
DOCUMENTO PARA DISCUSIÓN DEL
ÁREA DE CIENCIAS
POR: DRA. DEBORAH LEAL RODRIGUES
PUNTO DE
PARTIDA: CAMBIO DE SIGLO, NUEVA ERA EN EL PENSAMIENTO AMBIENTAL
El
Siglo XXI trae consigo la marca de un cambio de era, elemento que determina la
revisión de los conceptos y la integración de visiones en nuevos paradigmas de
pensamiento y ciencia que abordan directamente las realidades y sus procesos
permanentes de reconstrucción.
Desde nuestra experiencia, en los escenarios de las luchas de los movimientos sociales, se viene construyendo un pensamiento ambiental desde la praxis, que en si mismo, configura una expresión de un Humanismo Latinoamericano, al considerar, al ser humano no como el centro, sino como parte de un continuum naturaleza-ambiente-seres vivos, en integración y con sus formas propias de adaptación a los diferentes ambientes.
Desde nuestra experiencia, en los escenarios de las luchas de los movimientos sociales, se viene construyendo un pensamiento ambiental desde la praxis, que en si mismo, configura una expresión de un Humanismo Latinoamericano, al considerar, al ser humano no como el centro, sino como parte de un continuum naturaleza-ambiente-seres vivos, en integración y con sus formas propias de adaptación a los diferentes ambientes.
El
fenómeno contemporáneo se concretiza por la resignificación de culturas y
saberes culturales, y por la necesidad de sobrevivencia y reconstrucción de
toda la vida. Las visiones culturales pasan a ser el caldo de cultivo en el
cual recursos y procesos del ambiente dejan de ser vistos y tratados, desde el
poder e intereses económicos prevalentes, simplemente como integrantes de una
cadena económica.
Es
de esta forma que el pensamiento ambiental y el humanismo emergentes
contradicen el concepto clásico de desarrollo como un fenómeno meramente
económico, en el cual las posibilidades de futuro de una sociedad radican
únicamente en la conquista de espacios crecientes de libertad, bienestar y
participación democrática, fundamentados solamente en el crecimiento económico, entendido
como un aumento constante en el producto per cápita.
Análisis
de Contexto:
1) En la década de 1970, la Alianza para el Progreso ganaría fuerza al
reconocer la incapacidad de los países latinoamericanos para autoabastecerse y
establecer intercambios con países extranjeros mediante las exportaciones agrícolas, además de la
insuficiencia para concentrar capital a fin de acelerar su autodesarrollo
industrial. De ahí, la necesidad de la cooperación técnica y de los préstamos
para el desarrollo del sector.
2) La modernización de la agricultura en los países latinoamericanos
contribuyó, en gran parte, para la destrucción del ambiente y de los sistemas
tradicionales de cultivo de los pueblos indígenas; además, para el
endeudamiento de los países con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) y Banco Mundial. Estos organismos
financiarían gran parte de la investigación destinada a modernizar la
agricultura. Las tecnologías agrícolas para los cultivos en América Latina
serían desarrolladas al visar el máximo crecimiento económico, lo que se
lograría más rápidamente por medio de la importación y adaptación de
tecnologías de primer mundo.
3) Los pequeños agricultores y las minorías étnicas que formaron parte del
proceso fueron llevados a la condición de microempresarios rurales. En los más
diversos escenarios, las unidades productivas dejaron de atender,
sosteniblemente, las necesidades reproductivas familiares, se rompió el diálogo
con la naturaleza y esta se transformó en campo de monocultivos, cada vez más
dependientes de las tecnologías y productos foráneos. En este sentido, esta era
una agricultura que no tomaría en cuenta los ecosistemas y sus límites; la
degradación agroambiental y de los recursos naturales no era vista,
propiamente, como un límite para la producción; es decir, sería una agricultura
de bienes y servicios desarrollados por las industrias de la maquinaria y
agroquímicos del primer mundo.
4) Este pensamiento y acciones para el desarrollo económico-céntrico
provocó una disminución en la demanda de mano de obra por unidad de área, lo
que favoreció los grandes éxodos rurales de las décadas de 1960-1980, la
concentración de la tierra en latifundios, ya que el ciclo de endeudamiento y
pérdida de la tierra por los pequeños campesinos se intensificó. Al mismo
tiempo que, los Gobiernos trataron de reubicar a los desplazados en
asentamientos campesinos, que, normalmente, no tenían tierras productivas.
Además de que, los agricultores no dominarían las tecnologías tradicionales
apropiadas para la región, siendo así vulnerables ante los cambios
tecnológicos. Estos cerrarían el ciclo de pauperización de agricultores,
ambiente y dependencia.
5) El uso de agroquímicos favoreció al sector industrial en las dos
últimas décadas del siglo XX, y luego al sector financiero. Este sector, sin
embargo, desarrolló tecnologías agroindustriales al margen de los límites de
los sistemas ecológicos y agroecológicos locales y globales, lo cual provocó
una reacción global tardía al Informe de Roma Los Limites del Crecimiento (1971), a la Conferencia de Estocolmo (1972),
y a la publicación del Informe: Nuestro
Futuro Común, de la Comisión Brundtland (1987).
6) Las diferentes
imposiciones e injusticias provocaron el surgimiento de movimientos sociales,
que cambiaron los conceptos relacionados con la tenencia y producción de la
tierra, desde la perspectiva de sus derechos humanos. No obstante, hasta la
ECO-92 se publicó la Agenda 21, que reconoce como esencial la promoción
de un nuevo modelo de desarrollo económico, cuya característica principal sea
el respeto a la naturaleza. En este documento, la dimensión ecológica es
abordada como condicionante de la sostenibilidad de la vida en el planeta,
motivo por el cual no podría dejar de ser considerada en los procesos de
crecimiento económico de los países.
DESDE LA ACADEMIA: LA EMERGENCIA DE UN
PENSAMIENTO AMBIENTAL
Los nuevos conceptos relacionados al pensamiento
ambiental parten de la resignificación de la importancia del entorno en que se
vive; en esto se integra la idea de conservar una biosfera en peligro: La biosfera es la capa más nueva de
planeta y depende de un delicado proceso de autorregulación y de equilibrio de
fuerzas. Sus elementos son interdependientes y dependen de la energía que
provee el Sol y otras fuentes cósmicas.
El ser humano en los últimos siglos -y principalmente en el siglo XX- ha subestimado la capacidad de autorregeneración de la biosfera y ha apoyado el desarrollo industrial y agrícola en la explotación de recursos naturales escasos, sobre todo los recursos energéticos; de esta manera, se aisló de la fuente de la energía solar, alterando el ciclo de estos recursos y sus relaciones con los demás elementos de la biosfera.
El ser humano en los últimos siglos -y principalmente en el siglo XX- ha subestimado la capacidad de autorregeneración de la biosfera y ha apoyado el desarrollo industrial y agrícola en la explotación de recursos naturales escasos, sobre todo los recursos energéticos; de esta manera, se aisló de la fuente de la energía solar, alterando el ciclo de estos recursos y sus relaciones con los demás elementos de la biosfera.
Uno de los elementos del pensamiento ambiental, que
retoma la sostenibilidad, es el de desarrollo
humano y ecológico, el cual plantea que los daños ambientales y la pobreza
perenne producidos por los procesos de transformación, basados en el
conocimiento científico y tecnológico convencional, así como la lógica que guía
el pensamiento económico dominante, han generado progresivamente la pérdida de
una doble armonía y una alteración básica en el orden jerárquico natural.
En este sentido, el pensamiento ambiental invita a la necesidad de desarrollar ciencias y tecnologías propias, a partir de principios ecológicos. Así como, a procurar construir conocimientos y formar personas que intervengan en la naturaleza para obtener los recursos y servicios necesarios, que faculten satisfacer las necesidades de sobrevivencia, sin deteriorar el potencial productivo de los ecosistemas.
En este sentido, el pensamiento ambiental invita a la necesidad de desarrollar ciencias y tecnologías propias, a partir de principios ecológicos. Así como, a procurar construir conocimientos y formar personas que intervengan en la naturaleza para obtener los recursos y servicios necesarios, que faculten satisfacer las necesidades de sobrevivencia, sin deteriorar el potencial productivo de los ecosistemas.
Considerando que América Latina contiene
aproximadamente 31% de toda el agua superficial, 46% de los bosques tropicales
y 23% de los bosques del mundo y 10% de la tierra arable, es importante
rescatar el potencial de uso y manejo sostenible de los recursos renovables
ante los recursos no renovables. Fue hasta el desarrollo de la escuela de la economía ecológica -hace apenas
algunas décadas-, cuando se incorporó el trabajo de la naturaleza
como parte de la cadena económico-productiva.
En la economía neoclásica, la naturaleza no existía más allá de ser la fuente de recursos primarios por ser procesados, siendo estos externalidades obviadas en los análisis económicos.
Pero dentro de la emergencia de un pensamiento ambiental latinoamericano, el desarrollo del enfoque de cadena de la economía ecológica, rápidamente pasó a considerar la producción de energía primaria de baja entropía en los ecosistemas; la fotosíntesis y; la producción de biomasa; que pasaron a ser vistas como parte de un flujo energético, throughput, donde esta energía es transferida a la producción de insumos con valor de mercado y luego en desechos de baja entropía, que deben ser procesados por el ecosistema o reintegrados en la producción de energía y biomasa.
En la economía neoclásica, la naturaleza no existía más allá de ser la fuente de recursos primarios por ser procesados, siendo estos externalidades obviadas en los análisis económicos.
Pero dentro de la emergencia de un pensamiento ambiental latinoamericano, el desarrollo del enfoque de cadena de la economía ecológica, rápidamente pasó a considerar la producción de energía primaria de baja entropía en los ecosistemas; la fotosíntesis y; la producción de biomasa; que pasaron a ser vistas como parte de un flujo energético, throughput, donde esta energía es transferida a la producción de insumos con valor de mercado y luego en desechos de baja entropía, que deben ser procesados por el ecosistema o reintegrados en la producción de energía y biomasa.
En seguida en concepto de economía de la vida real, pasaría a reconocer los flujos
energéticos de los ecosistemas, donde se encuentran insertas las actividades
económicas. En un esfuerzo conceptual por incorporar, en un marco analítico,
las dimensiones de la realidad objetiva e intersubjetiva, que afectan el
bienestar de las personas, que no han sido incluidas en los análisis
neoclásicos. Al mismo tiempo, considerando la teoría de la demanda, mediante la
cual se intenta integrar las necesidades humanas desde las cosmovisiones de los
individuos. En este caso, pensadas desde las necesidades culturales, hacia la
autodefinición de personas dominadas por sus propios intereses, beneficios y
lucros.
Por otro lado, el pensamiento ambiental alineado a la
economía de la vida real trata de
resignificar y revalorizar las estrategias de subsistencia de los grupos y
culturas; de contrabalancear el peso de la teoría económica convencional; y de
apoyar la toma de decisiones, con el fin de hacer justicia social y ecológica.
Así, los términos riqueza y pobreza pierden importancia frente a la necesidad
constituida del ser humano de lograr cierta equidad, comprendida como la
satisfacción de necesidades sociales, psicosociales, psicológicas,
biopsicológicas y biológicas.
El pensamiento ambiental emergente en los escenarios latinoamericanos avoca que es necesario reestablecer un orden jerárquico natural, donde la economía debe estar al servicio de las necesidades y aspiraciones se las personas, considerando los limites de la biosfera, donde es determinante: no consumir los recursos naturales a una tasa superior a la capacidad de reposición de la biosfera; no consumir los recursos naturales no-renovables a una tasa superior a la creación de sustitutos y; no contaminar a una velocidad mayor que la capacidad de absorción de la biosfera.
El pensamiento ambiental emergente en los escenarios latinoamericanos avoca que es necesario reestablecer un orden jerárquico natural, donde la economía debe estar al servicio de las necesidades y aspiraciones se las personas, considerando los limites de la biosfera, donde es determinante: no consumir los recursos naturales a una tasa superior a la capacidad de reposición de la biosfera; no consumir los recursos naturales no-renovables a una tasa superior a la creación de sustitutos y; no contaminar a una velocidad mayor que la capacidad de absorción de la biosfera.
EL BUEN VIVIR INDÍGENA: UN CONCEPTO DE PENSAMIENTO AMBIENTAL
El concepto de Buen Vivir indígena se sustenta en las
relaciones forjadas en la familia, en el clan, en la comunidad, así como en la
eficacia de sus sistemas adaptativos y tecnologías para la sostenibilidad de la
cultura.
Este concepto considera la organicidad de las relaciones humanas y productivas con el cosmos y su sostenibilidad; al contrario del concepto de desarrollo económico impuesto, que no previene la destrucción de estas relaciones. Según el pensador Kichwa Carlos Viteri:
Este concepto considera la organicidad de las relaciones humanas y productivas con el cosmos y su sostenibilidad; al contrario del concepto de desarrollo económico impuesto, que no previene la destrucción de estas relaciones. Según el pensador Kichwa Carlos Viteri:
“En la cosmovisión de las
sociedades indígenas, en la comprensión del sentido que tiene y debe tener la
vida de las personas no existe el concepto de desarrollo. Es decir, no existe
la concepción de un proceso lineal de la vida que establezca un estado anterior
o posterior, a saber, de sub-desarrollo y desarrollo; dicotomía por la que
deben transitar las personas para la consecución de bienestar, como ocurre en
el mundo occidental. Tampoco existen conceptos de riqueza y pobreza
determinados por la acumulación y carencia de bienes materiales. Mas existe una
visión holística a cerca de lo que debe ser el objetivo o la misión de todo
esfuerzo humano, que consiste en buscar y crear las condiciones materiales y
espirituales para construir y mantener el “buen vivir”, que se define también
como “vida armónica”, que en idiomas como el “runa shimi” (qichwa) se
define como el “alli káusai” o “súmac
káusai”… El rigor del “alli káusai” se sustenta en el conocimiento, que es la
condición básica para la gestión de las bases locales ecológicas y espirituales
de sustento y resolución autónoma de las necesidades. Aquello supone el
desarrollo de sistemas productivos coherentemente adaptados a las condiciones
del entorno…” (Viteri,
2003),
Desde el
pensamiento ambiental, se abre la oportunidad para la emergencia de conceptos
de desarrollo que avizoran futuros sostenibles con su factibilidad
intergeneracional.
Hasta el presente, aunque se ha pensado que los procesos y las relaciones intergeneracionales son importantes, esto no ha sido considerado un aspecto ineludible, como en las culturas ancestrales, cuando simplemente “ser el pasado, presente y futuro, es ser”. El pensador Kichwa Carlos Viteri, también hace una crítica a la imposición del desarrollo occidental, y cita que:
Hasta el presente, aunque se ha pensado que los procesos y las relaciones intergeneracionales son importantes, esto no ha sido considerado un aspecto ineludible, como en las culturas ancestrales, cuando simplemente “ser el pasado, presente y futuro, es ser”. El pensador Kichwa Carlos Viteri, también hace una crítica a la imposición del desarrollo occidental, y cita que:
“La introducción del concepto de
desarrollo en los pueblos indígenas, aniquila lentamente la filosofía propia
del “alli káusai”. Porque a nombre de una supuesta modernidad y bienestar
basado en la acumulación de bienes, se encuentra minando los patrones
estructurales de la vida social y cultural de las sociedades indígenas, al
aniquilar las bases de recursos de subsistencia y las capacidades, es decir los
conocimientos para una resolución autónoma de las necesidades… Y también
valdría la pena revisar el sistema educativo oficial (incluido la visión
bilingüe intercultural), para constatar la exclusión y desvalorización del
conocimiento y la filosofía de vida de las sociedades indígenas donde incide en
la asimilación y dependencia de lejanos y peligrosos paradigmas… Todo esto con
una insinuación implícita de que la superación de la “pobreza” indígena supone
el acceso a los “beneficios de la modernidad”, cuyo camino es la “integración
al mercado”, como el camino que conduce directo al desarrollo. Para lo cual los
indígenas deben dejar de insistir en sus “tradiciones no rentables”, renunciar
a sus bases locales de subsistencia y olvidarse de sus capacidades de gestión
autónoma, para pasar a ser fuerza de trabajo, permitir el libre acceso a las
actividades extractivas del subsuelo y de la biodiversidad y pasar a depender
del Estado para que le resuelvan sus necesidades… Y viva el desarrollo
indígena…” (Viteri,
2003).
Después
de veinte años de hacer histogramas del equilibrio por alcanzar con el
desarrollo sostenible: equilibrio de rubros, de indicadores económicos,
sociales y biofísicos, como si se jugara con las pesitas de las antiguas
básculas, el futuro sostenible se materializa en la nueva asíntota y
simplemente pide el cambio de las relaciones.
Pide al corazón funcionar y a la intuición, “rehén del positivismo”, desarrollarse. Ambas son fuerzas de la naturaleza y representan el poder de sentir y de hacer el bien.
“El bien del otro es mi bien”; así, la pobreza es la imposibilidad de reproducir sus vidas, sus culturas. El desarrollo ha sido tratado como un tema ineludible en el combate de la pobreza, pero ¿qué es pobreza en la visión de cada cultura?
Pide al corazón funcionar y a la intuición, “rehén del positivismo”, desarrollarse. Ambas son fuerzas de la naturaleza y representan el poder de sentir y de hacer el bien.
“El bien del otro es mi bien”; así, la pobreza es la imposibilidad de reproducir sus vidas, sus culturas. El desarrollo ha sido tratado como un tema ineludible en el combate de la pobreza, pero ¿qué es pobreza en la visión de cada cultura?
“Piensan que somos pobres porque
vivimos en chozas de paja, con piso de
arena, y porque no tenemos Macdonalds o el confort de la vida moderna. Pero,
para nosotros, ser pobre es dejar de ser Kuna, es permitir que nos quiten este
derecho”.
(Harmodio Vivar Icaza, Kuna, com. Pers.
Leal, 03 de diciembre de 2003)
Se presentan otras
definiciones de pobreza más relacionadas con las identidades culturales que con
el “desarrollo necesario”. Desde el discurso que emerge: “ser pobre es dejar de ser quién es”, es perder su base cultural y
así perder el futuro. Según el pensador Kichwa
Carlos Viteri, no existe una definición compleja y crónica de pobreza en la
visión indígena, pues esta es vista como condición transitoria de escasez
material, normalmente alimentos, que está relacionada con problemas con la
cosecha, según la cultura: ”derivados de
lecturas equivocadas del tiempo agrícola”, como cita:
“Mútsui”, es un concepto que los
quichuas de pastaza utilizan como una categoría de pobreza circunstancial. No
se trata de la pobreza estrictamente material y de carencia de servicios
entendidos desde la lógica occidental y, sobre los que los Estados y organismos
internacionales elaboran tablas e indicadores de medición… Se entiende como la
carencia de productos primordiales de la biodiversidad agrícola sin cuyo
sustento resulta inconcebible la seguridad alimentaria. Las causas del “mútsui”
pueden ser diversas, siendo la principal las inundaciones corroboradas por las
fallas en la utilización de los distintos pisos ecológicos en la siembra
itinerante… Está asociado a falencias relacionadas a la posesión y al manejo de
la biodiversidad agrícola, al conocimiento sobre los tipos de suelos, los pisos
ecológicos, entre otros aspectos. Y además está relacionada con la seguridad
alimentar y concretamente con los productos agrícolas fundamentales, aún cuando
la caza y la pesca no faltare… De ahí que la creciente adopción del criterio de
pobreza material y monetaria resulta relativamente nuevo, como consecuencia de
las transformaciones que se viven y fundamentalmente por la reducción paulatina
de las bases locales de subsistencia, y la reducción de las capacidades de
resolución autónoma de las necesidades, impuestas por el sistema educativo
estatal, la ampliación de la frontera colonizadora, las agresivas actividades
extractivas de hidrocarburos y de bosques; las migraciones, los procesos de
urbanización de las comunidades indígenas amazónicas” (Viteri, 2003).
No obstante,
para algunos organismos de cooperación, como la Unión Mundial para la
Naturaleza (UICN), pobreza puede continuar siendo la imposibilidad de entrar en
el mercado y mejorar el poder de consumo, como en la siguiente cita:
“La pobreza puede ser descrita como
un estado de privación que impide a las personas satisfacer sus necesidades
básicas en términos de alimento, salud, vivienda, bienestar y poder de
decisión; ejercer plenamente sus derechos humanos y lograr su desarrollo como
personas” (Calderón,
2003).
Por otro lado,
el abogado y filósofo Kuna, Harmodio Vivar Icaza, contradice el significado
occidental de pobreza como la simple limitación en bienes de consumo,
infraestructura y servicios. Para los Kunas, la pobreza sería: “no ser lo que
son o lo que pretenden ser”. “Ser y poder ser” es la expresión de la felicidad
por la cual lucha la resistencia política Kuna. El autor sostiene que la
pobreza para su pueblo es peder su identidad, de modo que la no pobreza Kuna es
producto de la lucha diaria de su pueblo por continuar su vida clánica.
Según el
antropólogo Ricardo Megar Bao, pobreza entre los indígenas de México “es no
tener familia”, también no tener familia es “no ser” simplemente. Esta misma
definición se encuentra entre los Kunas, abrigados bajo una fuerte estructura
clánica.
Este “no ser” sería el resultado de las alteraciones irreversibles que la invasión cultural no conscientemente elaborada podría causar en su forma de vida colectiva-relacional y no precisamente el hecho de desaparecer físicamente. El mundo Kuna ha asumido que no puede esperar por ninguna concesión; es un mundo que tiene urgencia de sí mismo.
Este “no ser” sería el resultado de las alteraciones irreversibles que la invasión cultural no conscientemente elaborada podría causar en su forma de vida colectiva-relacional y no precisamente el hecho de desaparecer físicamente. El mundo Kuna ha asumido que no puede esperar por ninguna concesión; es un mundo que tiene urgencia de sí mismo.
Este concepto
contradice al pensamiento antropocentrista del Siglo XX, que se ha sustentado
en dos ejes: 1) el mercado[1]
y 2) el crecimiento económico, basado en el uso irrestricto de tecnologías que
ignoran las necesidades de las culturas y del ambiente.
El diálogo con la Pachamama[2] fue suprimido; los paradigmas fragmentarios del Siglo XX provocaron el distanciamiento de las culturas de sus propios mandatos y cosmovisiones, válidos por ser producto de vivencias y nutrirse de las identidades establecidas en los cauces de la etnia y de los nuevos colectivos y sociedades locales auto-determinadas.
El diálogo con la Pachamama[2] fue suprimido; los paradigmas fragmentarios del Siglo XX provocaron el distanciamiento de las culturas de sus propios mandatos y cosmovisiones, válidos por ser producto de vivencias y nutrirse de las identidades establecidas en los cauces de la etnia y de los nuevos colectivos y sociedades locales auto-determinadas.
CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DE UN PENSAMIENTO AMBIENTAL EMERGENTE DEL
SIGLO XXI.
En la volátil
espiral de dominantes y dominados, se encuentran pueblos que emergen desde su
propia tragedia, con toda la fuerza de su humanidad y voluntad, visualizando su
situación de dominado, comprendiendo procesos de lucha, el devenir y las
proyecciones de futuro.
Reconquistan identidades y visualizan las posibilidades de continuidad. Caen los paradigmas occidentales y emergen nuevos múltiples paradigmas, condensando el pensamiento ancestral y moderno. Son paradigmas de la localidad, sin recetas estáticas y genéricas apegadas a métodos pre-existentes. Las nuevas concepciones afloran y se estructuran en su propia informalidad.
Reconquistan identidades y visualizan las posibilidades de continuidad. Caen los paradigmas occidentales y emergen nuevos múltiples paradigmas, condensando el pensamiento ancestral y moderno. Son paradigmas de la localidad, sin recetas estáticas y genéricas apegadas a métodos pre-existentes. Las nuevas concepciones afloran y se estructuran en su propia informalidad.
El pensamiento
ambiental latinoamericano surge como herramienta para la comprensión de la
realidad y trata de incursionar en realidades tangibles o no. Como fenómeno
científico y social, también representa la desmercantilización de una ciencia
(poscolonial y posindustrial) y la emergencia de una ciencia del pueblo, no
mercantil, sino solidaria y orgánicamente constituida para resolver los
obstáculos en la localidad.
Nace con procesos de autoconocimiento, forjados entre actores y movimientos sociales, y también en los ambientes de los institutos de investigación y de cooperación internacional, frente al hecho ineludible de desarrollar herramientas de análisis más afines a la realidad local “para provocar y apoyar cambios estructurales y puntuales”.
Investigar y accionar es trabajar con gente real, con procesos y realidades concretas y es provocar cambios concretos en estas realidades.
Su rigurosidad se relaciona con precisiones necesarias en conjunciones específicas, recursos humanos y materiales, además de que busca ser sostenible por sí mismo, en el balance entre esfuerzos y profundidades.
El pensamiento ambiental de la localidad, emerge cuando los actores descubren que nadie pensará sus problemas particulares, dada su complejidad y singularidad.
Las experiencias en autoconocimiento representan la máxima expresión de pensamientos ambientales locales, que, desde una visión compleja, vienen acopiando, rescatando y reconstruyendo métodos ancestrales y contemporáneos.
Se apoya la reconstrucción desde diferentes ejes temáticos; se fortalece el pensamiento y la capacidad de comprensión de la realidad, y se favorecen reconstrucciones en diferentes campos como: salud, agricultura, infraestructura y desarrollo sostenible en general.
Nace con procesos de autoconocimiento, forjados entre actores y movimientos sociales, y también en los ambientes de los institutos de investigación y de cooperación internacional, frente al hecho ineludible de desarrollar herramientas de análisis más afines a la realidad local “para provocar y apoyar cambios estructurales y puntuales”.
Investigar y accionar es trabajar con gente real, con procesos y realidades concretas y es provocar cambios concretos en estas realidades.
Su rigurosidad se relaciona con precisiones necesarias en conjunciones específicas, recursos humanos y materiales, además de que busca ser sostenible por sí mismo, en el balance entre esfuerzos y profundidades.
El pensamiento ambiental de la localidad, emerge cuando los actores descubren que nadie pensará sus problemas particulares, dada su complejidad y singularidad.
Las experiencias en autoconocimiento representan la máxima expresión de pensamientos ambientales locales, que, desde una visión compleja, vienen acopiando, rescatando y reconstruyendo métodos ancestrales y contemporáneos.
Se apoya la reconstrucción desde diferentes ejes temáticos; se fortalece el pensamiento y la capacidad de comprensión de la realidad, y se favorecen reconstrucciones en diferentes campos como: salud, agricultura, infraestructura y desarrollo sostenible en general.
Los actores han desarrollado herramientas diversas y
creativas en el abordaje y comprensión de sus realidades. El desarrollo de las
herramientas obedece, primero, a reposicionamientos políticos y teóricos
elementales, y segundo, a la transdisciplinariedad de los investigadores.
La lectura de las realidades provoca el desarrollo de estrategias de entrada y comprensión y de fusión de variables desvinculadas, en el contexto de la investigación convencional. De la sensibilidad de cada uno y de sus experiencias e intereses únicos, nacen nuevos enfoques, herramientas y procesos en los diferentes campos de la realidad.
Grupos dominados, con necesidades y posibilidades correlacionadas se unen y desafían el poder. La insostenibilidad de los grupos conlleva la cristalización de relaciones, de la lucha política y de conquistas vinculadas a lo material y económico.
La lectura de las realidades provoca el desarrollo de estrategias de entrada y comprensión y de fusión de variables desvinculadas, en el contexto de la investigación convencional. De la sensibilidad de cada uno y de sus experiencias e intereses únicos, nacen nuevos enfoques, herramientas y procesos en los diferentes campos de la realidad.
Grupos dominados, con necesidades y posibilidades correlacionadas se unen y desafían el poder. La insostenibilidad de los grupos conlleva la cristalización de relaciones, de la lucha política y de conquistas vinculadas a lo material y económico.
El futuro se encuentra con su origen en cada rostro, en cada imagen de dolor y placer; en la tecnología soñada y revivida en la localidad; en la autoeducación y los mercados ecológicos, ineludibles banderas de resistencia y sueño de un futuro digno. En los corazones de niños, adultos y ancianos, que después de buscarse en todos lados se encuentran en sí mismos.
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ILUSTRACIONES: GOOGLE IMAGES
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